Palo Alto está pasando por una crisis económica sin precedentes debido a la pandemia del COVID-19. Actualmente, la ciudad está enfrentando un déficit de $40 millones causado principalmente por una reducción del 43% en el impuesto a las ventas, y una pérdida del 44% en los impuestos hoteleros. El futuro de algunas de nuestras amadas empresas pequeñas es incierto, la tasa de desempleo de nuestra ciudad se ha duplicado, y es muy posible que veamos que los valores de nuestras propiedades locales disminuyan a través del año. Nos sobrepondremos a esta crisis, pero para hacerlo requerirá el liderazgo de la ciudad, que pone a la gente primero y se enfoca en la recuperación a largo plazo sobre un periodo corto de interés político. Los recortes presupuestarios, aunque necesarios, deben priorizar a las personas y los servicios en los que dependemos sobre inversiones de infraestructura que pueden ser pospuestos o hasta reevaluados en el contexto de un nuevo futuro. Es insostenible considerar recortes a servicios esenciales de la ciudad, tales como la seguridad pública, las bibliotecas, los servicios para personas mayores y adolescentes, al tiempo que aumentan las inversiones de capital en lugar de reducirlas. Mis prioridades para un presupuesto equilibrado se enfocarán en áreas que pueden ser temporalmente suspendidas sin consecuencias de largo plazo a nuestra ciudad, como suspender los pagos de las pensiones municipales, congelar nuevas contrataciones y aumentos de salario, y pensar de nuevo cómo hacemos negocios típicamente, para depender menos en asesores caros que vienen de fuera y así usar los talentos naturales que ofrece nuestra comunidad. Ayuda de arrendamiento e hipotecaria debería ser proveída a aquellas empresas pequeñas que están luchando para salir adelante, idealmente en asociación con propietarios de viviendas. También debemos extender la moratoria de la ciudad sobre desalojos para inquilinos, y ayudar a disminuir el desplazamiento de los residentes, especialmente de nuestros vecinos de bajos ingresos. Estos son tiempos sin precedentes, que requieren liderazgo que esté firme con la convicción de la comunidad y los valores que informan la toma de decisiones sabias.
El acceso a viviendas de calidad de bajos ingresos ha desgastado a Palo Alto por décadas. De forma rutinaria no llegamos a cumplir nuestras metas de vivienda para trabajadores de bajos ingresos, pero continuamos añadiendo viviendas de lujo y al precio del mercado. Los pasos pasar nuestra estrategia d e viviendas deberían de ser: 1) reequilibrar las proporciones de los trabajos y viviendas, 2) preservar viviendas existentes, y 3) cuando la economía se estabilice, invertir en viviendas asequibles (debajo del precio del mercado), maximizando los fondos disponibles para subsidiar la construcción de unidades asequibles, al igual que viviendas para la fuerza laboral, y enfocándose en incentivas para proyectos que crean más de lo mínimo que se requiere de unidades asequibles.
El tráfico y transporte consistentemente encabezan la lista de quejas de Palo Altans, aún el problema empeora cada año. Necesitamos una ciudad híbrida, equilibrando la necesidad de conductores, ciclistas y peatones en vez de políticas punitivas intencionadas para frustrar a los conductores causando que no usen sus carros. Necesitamos un enfoque más grande de la soluciones del transporte regional y requerir desarrollos comerciales para mitigar el impacto de nuestra comunidad.
La pandemia del COVID-19 ha sido una horrible tragedia, pero el toque de queda ha revelado el potencial del trabajar en casa, creando menos tráfico. El condado de Santa Clara está explorando pólizas para estimular el teletrabajo después que haya terminado la pandemia. Palo Alto también debería considerar y explorar la pólizas para promover el teletrabajo, para que podamos empezar a cambiar de ser una ciudad plagada de tráfico a una comunidad enfocada en sus residentes. Ésto no sólo reduciría el tráfico, pero también todos los problemas que vienen con ello: demanda de estacionamiento, calles congestionadas, y una pobre calidad de aire. Posiblemente puede desocupar espacios de oficinas para la producción de viviendas.
Creo firmemente en una colaboración entre el gobierno y comunidad para abordar las necesidades de nuestros residentes y dueños de negocios, especialmente aquellos dueños de pequeños negocios que atienden las necesidades de nuestra comunidad. El gobierno debe ser de la gente y para la gente en vez de influencias externas sobre la voluntad de la gente. Nuestro consejo municipal es directamente elegido por nosotros, los residentes, and deberia representar nuestra voz. Sin embargo, como concejal de la asociación de residentes más grande de la ciudad, he estado frustrado con lo poco que la ciudad nos pide nuestras opinión en proyectos grandes que implican a nuestros vecindarios.
Como miembro de concejal, siempre lo escucharé y respetaré su opinión aunque sea diferente a la mía. Trabajaré para encontrar soluciones que incluyan los talentos naturales de nuestra comunidad y que aborden inquietudes tales como: estacionamientos seguros para los habitantes, reforma policial, usando nuestros poderes locales para abordar la asequibilidad de la vivienda, sin depender del control estatal, ejecución de códigos que imponen violaciones y aseguran que los edificios estén seguros y son usados con el fin previsto.